RUTEANDO - Valle del Jerte, Sierra de Gredos, Cuenca, Monasterio de Piedra, Calatayud

Nuestra ruta en esta ocasión se dirige hacia el centro y oeste de la península. El objetivo principal era ver el Valle del Jerte en todo su esplendor, ya que según decían los cerezos en flor eran un espectáculo imprescindible. Pero Extremadura no está aquí al lado, así que decidimos que sería una ruta disfrutando del camino. Empezamos nuestra aventura haciendo la primera parada en Calatayud, de su nombre en árabe قلعة أيوب “Qala’t Ayub”, que significa la fortaleza de Ayub.
Calatayud
Esta ciudad aragonesa conserva bastante bien unas fortalezas amuralladas de la época andalusí. Lo primero fue comer en un restaurante en el centro que encontramos en tripadvisor donde al ser laborable había menú a 10,80€. La comida estaba buena y buen servicio. Luego continuamos con la visita a la ciudad. En la oficina de turismo nos facilitaron un mapa que indicaba perfectamente todos los lugares de interés. Os recomiendo la ruta de los miradores, que va por los castillos y tiene buenas vistas.

En la misma ciudad hay un área de autocaravanas en un párquing de un recinto firal, está en buen sitio para visitar la ciudad, pero nos pareció demasiado céntrico para dormir un viernes noche. Así que nos buscamos un lugar más tranquilo a unos 30 minutos de allí, cerca del Montasterio de Piedra, en el pueblo más cercano Nuévalos, hay un área de picnic y allí dormimos sin problemas, junto al río, por allí pasa un sendero GR y uno pequeño que te permite ir andando hasta el pueblo por si quieres tomar algo.
Nuevalos

Por la mañana temprano nos dirigimos al Monasterio de piedra. Era sábado, ¡menos mal que madrugamos! Entramos a las  9 y a las 11.30 cuando salíamos había muchísima gente entrando y esperando en la cola. Se paga una entrada de 16 euros en taquilla, si la compras anticipada en internet te ahorras 1,60€ pero el mismo día no se puede comprar.



El precio incluye la entrada al parque y al monasterio, también hay espectáculo de aves rapaces para quien le guste… el precio me pareció un poco caro, además de que creo que no se debería pagar entrada para ver la naturaleza, pero bueno, hay que decir que está muy bien conservado todo, vas por un sendero bien señalizado, hay aseos y áreas de descanso.
El parque vale la pena, al principio parece que vaya a haber 4 cascaditas y ya, pero luego entras en una gruta y te llevas una bonita sorpresa. Vale la pena visitarlo si estáis por la zona, aunque a los acostumbrados a la naturaleza en estado salvaje nos parece un poco raro, pero entiendo que de esta forma muchísima mas gente tiene acceso fácil a un lugar muy bonito y peculiar.







Al acabar la visita decidimos coger carretera y manta, nuestro destino es el Valle del Jerte, pero antes hay que hacer otra parada: La sierra de Gredos, en la localidad de Mombeltrán (Ávila) encontramos el camping Arenas de San Pedro, está bastante bien, aunque nos dio por pedir un bocadillo en el bar y nos clavaron 4,50€, un precio un poco excesivo desde mi punto de vista.

Desde el camping hicimos una pequeña excursión que iba hacia un lugar llamado “playas blancas” y continuaba por unos saltitos de agua, bonita para ver atardecer, y si hace calor buen lugar para refrescarse, ya que se hacen pequeñas pozas de agua en las que te puedes bañar.










Al día siguiente fuimos a buscar el  barranco de Arbillas, pero iba demasiado desbordado como para descenderlo, así que nos dimos un paseo y nos fuimos a otro lugar.





Sierra de Gredos

Continuábamos en la sierra de Gredos, en la zona de Rasos, un poco más arriba hay unos picos gemelos llamados Hermanitos de Tejea. Hicimos una bonita excursión que sale desde un aparcamiento habilitado para la visita de una zona con ruinas antiguas. Aparcamos aquí porque había un enorme cartel que decía que en el resto estaba prohibido, aunque luego encontramos coches aparcados 4 km mas arriba, donde empieza el sendero. Desde aquí también se puede bajar al río y ver la garganta, pero la excursión a los hermanitos vale la pena.


Aquella noche dormimos en el camping Candeleda que también pertenece a Ávila. No os puedo dar una opinión muy exacta del camping, porque dormimos y nos fuimos temprano para continuar el camino, al poco de empezar a conducir nos encontramos un cartel en la carretera que anunciaba la Garganta del diablo y no pudimos resistirnos, es una cascada bonita de fácil acceso.

Luego seguimos hacia el Valle de la vera, parando en pueblecitos como Jaramilla y Santa Bárbara. La siguiente parada fue Cuacos de Yuste. Allí comimos en el restaurante Abadía, nos atendieron rápido y tenían menú rico y bien de precio. Luego fuimos a visitar el famoso Monasterio de Yuste, pero era lunes y estaba cerrado. Consultad antes de ir porque hay horarios en los que la entrada es gratis y dicen que es muy bonito.

De camino encuentras un curioso cementerio alemán, cuando pasamos lo estaban reformando unos soldados germanos, así que hicimos la foto y nos fuimos. 
Cerca de allí está el pueblo Garganta la olla, con unas bonitas piscinas naturales formadas por la bajada del río. Hicimos una pequeña excursión y nos dimos el primer baño del año, el agua estaba fría pero la madre naturaleza nos regaló un bonito día de sol para secarnos.

Aquella noche dormimos en el camping río Jerte, que está en Navaconcejo. A la mañana siguiente nos enteramos de que estaban de fiestas, celebran el cerezo en flor. Antes de llegar al camping ya pudimos disfrutar del maravilloso espectáculo de las flores blancas por todas partes.
Valle del Jerte
Y de paso visitamos una cascada de fácil acceso y que este año parece que baja con más agua de lo habitual, como el resto. Cascada del Caozo.

Por la mañana nos paramos a comprar mermelada y nos dirigimos hacia el inicio de una famosa excursión la garganta de los infiernos y los pilones. Estos últimos conocidos por ser formaciones en la roca tipo balsas donde la gente se baña en verano, aunque ahora más que balsas parecían jacuzzis de la fuerza con la que bajaba el agua.





A estos pilones se puede acceder por la excursión corta que te lleva a ellos directamente y son sobre unos 6km ida y vuelta, eso si, la ida es todo subida. Nosotros escogimos la ruta larga, circular de 16km, aunque recortamos un poco y fueron unos 13. Sube por pista y viendo el valle y baja por el sendero de los pilones. Lo bueno es que ves toda la zona de las cascadas de arriba y hay menos gente, vale mucho la pena. Aquí el agua estaba mas fría pero también nos bañamos.
Plasencia
Al acabar nos fuimos a Plasencia , cenamos allí en la plaza mayor y dormimos en el camping La chopera, que está a las afueras, desde el camping hay un paseo junto al río que te lleva a la ciudad, hay algo más de 2 km, si tenéis ocasión hacedlo en bici, es bastante agradable.





Toledo
Desde allí emprendimos el camino de vuelta, la siguiente parada fue Toledo. Bonita capital, mezcla de 3 culturas que convivieron hace mucho y que hoy los toledanos intentan mantener para el turismo. La ciudad es bonita, limpia y bien conservada. Hay aparcamiento público gratuito cerca de la estación de autobuses.




La siguiente parada era Cuenca. El motivo de hacer una parada en esta ciudad, además de visitarla era realizar una caminata solidaria que organizó la asociación sanfilippobcn.es que os invito a conocer clicando en este enlace o en el que aparece en mi página de inicio.

Via ferrata estrecho de Priego
La primera noche dormimos en un camping a unos 7km de la ciudad: Camping caravaning Cuenca, la verdad es que no os lo recomiendo, nos pareció caro y además el personal no se mostró muy agradable. Hay lugares mucho más cerca de la ciudad, junto al río, en donde se puede pernoctar sin problema y gratis. Por la mañana cogimos la carretera que va hacia la sierra por Villalba. Pasamos por el Estrecho de Priego y disfrutamos de una bonita y fácil vía ferrata. Luego seguimos hasta el pueblo de Poyatos, donde empieza el barranco con el mismo nombre. Esta vez si pudimos hacerlo, aquí había agua, pero no excesiva, la suficiente para refrescarse y disfrutar un rato.


Barranco Poyatos

Después encontramos un camping sencillo y barato que os recomiendo mucho: Camping Dehesa junto a la playa de Cañamares, que se forma naturalmente en el río y está adecuada al baño, ideal para los calurosos días de verano. El camping se encuentra a 2 km del pueblo y el personal es muy amable. Por la mañana nos recomendaron ver el nacimiento del río Cuervo, y para allí fuimos, hicimos una pequeña excursión hasta el nacimiento y por el pinar y luego comimos allí en un restaurante.
Nacimiento del río Cuervo

Ciudad encantada
La siguiente parada de vuelta a Cuenca fue la Ciudad encantada, que es un lugar turístico muy famoso, en el que se encuentran grandes rocas de origen oceánico con formas muy imaginativas. La entrada vale 5€ y la visita dura 1,5h aproximadamente. Es un paseo agradable y curioso. De allí fuimos a Cuenca y visitamos la ciudad. La verdad es que Cuenca es una bonita ciudad, no os la perdáis si tenéis ocasión de visitarla, además se come bien y se tapea muy bien.
Cuenca

Por la noche dormimos en el aparcamiento del auditorio que es de pago (12€), está vigilado y tiene lavabos, pero no os lo recomiendo porque está cerquita del centro, no está cerrado y pasa gente continuamente hablando y gritando y hay tránsito, por lo que vimos después y nos dijeron los autóctonos, para pernoctar son mejores las zonas junto al río un poco más alejadas del centro.
Cuenca

El último día lo dedicamos a la caminata solidaria que os he comentado. Fue fenomenal, un sube baja por los cerros que rodean la ciudad, la excursión fue durilla, pero valió muchísimo la pena, evidentemente por colaborar con sanfilippobcn, pero además las vistas son espectaculares, disfrutas de la ciudad desde todas las perspectivas. Si vais, os recomiendo que preguntéis en la oficina de información porque los senderos están señalizados y se pueden seguir sin problemas, con un buen par de botas y bastones.
Cuenca
De vuelta a casa, encantada de haber visto el espléndido Valle del Jerte en su mayor apogeo, con sus cerezos en flor y el agua brotando por todas partes. Contenta de haber descubierto otros valles y sierras y haber visto ciudades que perduran en el tiempo para recordarnos quiénes fuimos y haber compartido el tiempo con buena gente. Siento que viajar siempre me hace mejor, así que voy a por el siguiente viaje.



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